Hola nuevamente gente aficionada a la
ciencia. Espero que estén listos y preparados para querer aprender más acerca
de ciencia. Ahora les hablaré acerca de los Planetas, sobre cuáles son, cómo se
formaron, qué características tienen, etc. Para ello intentaré explicar de una
manera sencilla y didáctica todos estos datos y hacer que comprendan un poco
más cómo funciona nuestro Sistema Solar. Espero les guste.
Antes de comenzar hay que preguntarnos exactamente
¿Qué es un Planeta? Y ¿Cómo se formaron?
Un
planeta es un cuerpo celeste que orbita alrededor de una estrella o remanente
de ella; que tiene suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del
cuerpo rígido, de manera que asuma una forma casi esférica; y que ha limpiado
la vecindad de su órbita de planetesimales, es decir tiene dominancia orbital (según
la definición adoptada por la Unión Astronómica Internacional el 24 de agosto de
2006). Según la definición mencionada, nuestro Sistema Solar consta de ocho
planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Plutón, que hasta 2006 se consideraba un planeta, ha pasado a clasificarse como
Planeta Enano, junto a Ceres. De
esta manera, esta nueva definición de planeta introduce el concepto de Planeta
Enano, que incluye a Ceres, Plutón, Haumea, Makemake y Eris (en ese orden); y
tiene la diferencia de definición en que no ha despejado la zona local de su
órbita y no es un satélite de otro cuerpo.
Etimológicamente
hablando, la palabra "Planeta" proviene del latín planeta, que a su vez
deriva del griego “planētēs”, que significa vagabundo o errante. Esto se debe a
que antiguamente, siguiendo la teoría geocéntrica de Aristóteles, se creía que
en torno a la Tierra, la cual era considerada el centro del cosmos, giraban el
Sol y las cinco errantes o los cinco planetas errantes (Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter y Saturno), llamadas así por obstinarse a desobedecer la ley del
círculo, es decir se les consideraba "errantes" debido a que, a
simple vista, no trazaban ningún círculo alrededor de la Tierra, a diferencia
del Sol y vagaban libremente por el cosmos.
Contestando
la segunda pregunta, los Planetas se formaron muy tempranamente, casi al mismo
tiempo en el que se estaba formando nuestro Sol, hace alrededor de 4600
millones de años. En general, los materiales ligeros que no se quedaron en el
Sol cuando se estaba formando se alejaron más que los pesados. Esto hizo que se
formaran nubes de gas y polvo original girando en espirales alrededor del Sol y
que poco a poco se volvieron más densas, lo que más tarde harían que se formen
los Planetas. A esto hay que añadirle que la gravedad y las colisiones llevaron
más materia a estas zonas y el movimiento rotatorio las fue redondeando. Luego
de ello, los materiales y las fuerzas de cada planeta se fueron reajustando (todavía
lo hacen). Así, de esta forma, es como se formaron, como una danza sin parar
girando alrededor de nuestra estrella, el Sol, que aún no termina y que seguirá
así, por lo menos, unos 5000 millones de años más.
Habiendo
aclaro ambos temas, ahora habría que preguntarnos ¿Cómo se clasifican los
Planetas? Y ¿Cuáles son las características de cada uno?
Los
planetas del Sistema Solar se clasifican conforme a dos criterios básicos: dependiendo
de su estructura o de su movimiento aparente.
Según su
estructura hay Planetas terrestres pequeños, de superficie rocosa y sólida,
densidad alta. Son Mercurio, Venus, Tierra y Marte y también son llamados
planetas interiores. Y los Planetas Jovianos
(similares a Júpiter) con grandes diámetros, esencialmente gaseosos (hidrógeno
y helio) y una densidad baja. Estos son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, los
planetas gigantes del Sistema Solar y también son llamados planetas exteriores.
Según sus
movimientos en el cielo los planetas inferiores son aquellos que no se alejaban
mucho del Sol y que, por tanto, no pueden estar en oposición, como Mercurio y
Venus. Mientras que los planetas superiores son aquéllos que hacen oposición, y
se toma como referencia a la Tierra. Es decir que, todos los que se alejan del
Sol, más allá de la órbita terrestre, son superiores, y tienen órbitas más alejadas del Sol. Sus
tamaños gigantescos y su composición líquida y gaseosa los hace muy diferentes
de los planetas interiores, siendo bastantes menos densos que estos.
Los
planetas tienen diversas características, entre ellas el que giran alrededor
del Sol, no tienen luz propia, sino que reflejan la luz solar. También tienen
diversos movimientos, entre los más importantes son dos: el de rotación y el de translación. El de rotación giran sobre sí mismos alrededor de su
propio eje, esto determina la duración del “día” del Planeta. El de translación
estos describen órbitas alrededor del Sol y cada órbita es el “año” del
planeta. Cada planeta tarda un tiempo diferente para completarla y cuanto más
lejos, más tiempo tardarán. Giran casi en el mismo plano, excepto Plutón, que
tiene la órbita más inclinada, excéntrica y alargada.
Ahora
bien hay que hablar sobre las características de cada uno y en esta primera
parte hablaré solamente de los Planetas Interiores, es decir Mercurio, Venus,
Tierra y Marte.
Mercurio:
Este Planeta
adopta su nombre del dios romano del comercio y es el planeta del Sistema Solar
más próximo al Sol y el más pequeño. Forma parte de los denominados planetas
interiores o rocosos y no tiene satélites
naturales (en nuestro caso nuestro satélite es la Luna).
Es el
planeta más cercano al Sol y es menor que la Tierra, pero más grande que la
Luna. Si nos situásemos sobre Mercurio, el Sol nos parecería dos veces y media
más grande. El cielo, sin embargo, lo veríamos siempre negro, porque no tiene
atmósfera que pueda dispersar la luz. Los romanos le pusieron el nombre del
mensajero de los dioses porque se movía más rápido que los demás planetas. Da
la vuelta al Sol en menos de tres meses, en cambio, gira lentamente sobre su
eje, una vez cada 58 días y medio. Antes lo hacía más rápido, pero la
influencia del Sol le ha ido frenando.
Cuando un
lado de Mercurio está de cara al Sol, llega a temperaturas superiores a los 425
ºC (por ello no hay vida) y las zonas en sombra bajan hasta los 170 bajo cero.
Los polos se mantienen siempre muy fríos, lo cual lleva a pensar que puede
haber agua congelada. La superficie de Mercurio es muy parecida a la de la
Luna, con un paisaje lleno de cráteres y
grietas, en medio de marcas ocasionadas por los impactos de los meteoritos. La
presencia de campo magnético indica que Mercurio tiene un núcleo metálico,
parcialmente líquido. Su alta densidad, la misma que la de la Tierra, indica
que este núcleo ocupa casi la mitad del volumen del planeta.
Venus:
Venus
obtiene su nombre de la diosa romana del amor. Es el segundo Planeta del
Sistema Solar y el más semejante a La Tierra por su tamaño, masa, densidad y
volumen. Los dos se formaron en la misma época, a partir de la misma nebulosa,
sin embargo, es, a la vez, diferente de la Tierra, ya que no tiene océanos y su
densa atmósfera llena de gases como el dióxido de azufre, provocando un efecto
invernadero que eleva la temperatura hasta los 480 ºC. Es abrasador e imposible
que contenga vida con tales condiciones.
Los
primeros astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes porque, unas
veces se ve un poco antes de salir el Sol y, otras, justo después de la puesta.
Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros
planetas (sentido retrógrado), es decir el Sol sale por el oeste y se pone por
el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra. Además, el día en Venus dura
más que el año, o sea su “año” dura unos 225 días nuestros y su “día” unos 243
días nuestros, con lo cual nos generaría una sensación extraña si estuviéramos en
aquel Planeta. Venus tiene muchos volcanes. El 85% del planeta está cubierto
por roca volcánica y la lava ha creado surcos, algunos muy largos. Hay uno de
7.000 km. En él también hay cráteres de los impactos de los meteoritos. Sólo de
los grandes, porque los pequeños se deshacen en la espesa atmósfera. Las imágenes
tomadas al Planeta muestran el terreno brillante, como si estuviera mojado, pero
es imposible, ya que no puede tener agua líquida, a causa de la elevada
temperatura. El brillo lo provocan compuestos metálicos y sus hermosas, aunque
peligrosas, nubes que la rodean. No tiene satélites naturales conocidos.
La
Tierra:
La Tierra
se formó hace unos 4.650 millones de años, junto con todo el Sistema Solar.
Aunque las piedras más antiguas de la Tierra no tienen más de 4.000 millones de
años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el núcleo de la
Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del
núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ocurrió al
mismo tiempo, unos 150 millones de años después de formarse la Tierra y el
Sistema Solar.
Después
de condensarse a partir del polvo cósmico y del gas mediante la atracción
gravitacional (como los demás problemas), la Tierra era casi homogénea y bastante
fría. Pero la continua contracción de materiales y la radiactividad de algunos
de los elementos más pesados hicieron que se calentara. Después, comenzó a
fundirse bajo la influencia de la gravedad, produciendo la diferenciación entre
la corteza, el manto y el núcleo, con los silicatos más ligeros moviéndose
hacia arriba para formar la corteza y el manto y los elementos más pesados,
sobre todo el hierro y el níquel, cayendo hacia el centro de la Tierra para
formar el núcleo. Tiene un satélite natural conocido como la Luna.
Marte:
Es el cuarto
planeta del Sistema Solar y es conocido como el planeta rojo por sus tonos
rosados, es por ello que los romanos lo identificaban con la sangre y le
pusieron el nombre de su dios de la guerra. El planeta Marte tiene una
atmósfera muy fina, formada principalmente por dióxido de carbono, que se
congela alternativamente en cada uno de los polos. Contiene sólo un 0,03% de agua,
mil veces menos que la Tierra. Los estudios demuestran que Marte tuvo una
atmósfera más compacta, con nubes y precipitaciones que formaban ríos y sobre
la superficie se pueden ver surcos, islas y costas. Las grandes diferencias de
temperatura provocan vientos fuertes y la erosión del suelo ayuda a formar
tempestades de polvo y arena que degradan todavía más la superficie. Cuando se
halla más cerca de la Tierra, a unos 55 millones de kilómetros, Marte es,
después de Venus, el objeto más brillante en el cielo nocturno. Puede
observarse más fácilmente cuando se forma la línea Sol-Tierra-Marte (cuando
está en oposición) y se encuentra cerca de la Tierra, cosa que ocurre cada 15
años. El tono rojizo de su superficie se debe a la oxidación o corrosión más
que nada. Las zonas oscuras están formadas por rocas similares al basalto
terrestre, cuya superficie se ha erosionado y oxidado y las regiones más
brillantes parecen estar compuestas por material semejante, pero contienen
partículas más finas, como el polvo. Existe también la posibilidad de que en
alguna época de su pasado albergara vida (vegetal o animal) y tuviera agua y
una atmósfera aceptable para estas condiciones, como lo tiene la Tierra. A Se
le conocen dos satélites naturales a este Planeta, los cuales son Fobos y
Deimos en honor a los dioses del miedo y terror respectivamente.
Espero les haya gustado esta primera
parte acerca de los Planetas. En la siguiente edición de este blog les hablaré
sobre la segunda parte de este mismo tema, continuando con los exteriores y
luego con los Planetas Enanos. Nos vemos pronto y recuerden que siempre deben
preguntar, indagar y experimentar, nunca dejen de hacerlo porque la ciencia es
su amiga.