miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los Planetas (Primera Parte)

Hola nuevamente gente aficionada a la ciencia. Espero que estén listos y preparados para querer aprender más acerca de ciencia. Ahora les hablaré acerca de los Planetas, sobre cuáles son, cómo se formaron, qué características tienen, etc. Para ello intentaré explicar de una manera sencilla y didáctica todos estos datos y hacer que comprendan un poco más cómo funciona nuestro Sistema Solar. Espero les guste.



Antes de comenzar hay que preguntarnos exactamente ¿Qué es un Planeta? Y ¿Cómo se formaron?


Un planeta es un cuerpo celeste que orbita alrededor de una estrella o remanente de ella; que tiene suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de manera que asuma una forma casi esférica; y que ha limpiado la vecindad de su órbita de planetesimales, es decir tiene dominancia orbital (según la definición adoptada por la Unión Astronómica Internacional el 24 de agosto de 2006). Según la definición mencionada, nuestro Sistema Solar consta de ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Plutón, que hasta 2006 se consideraba un planeta, ha pasado a clasificarse como Planeta Enano, junto a Ceres. De esta manera, esta nueva definición de planeta introduce el concepto de Planeta Enano, que incluye a Ceres, Plutón, Haumea, Makemake y Eris (en ese orden); y tiene la diferencia de definición en que no ha despejado la zona local de su órbita y no es un satélite de otro cuerpo.
Etimológicamente hablando, la palabra "Planeta" proviene del latín planeta, que a su vez deriva del griego “planētēs”, que significa vagabundo o errante. Esto se debe a que antiguamente, siguiendo la teoría geocéntrica de Aristóteles, se creía que en torno a la Tierra, la cual era considerada el centro del cosmos, giraban el Sol y las cinco errantes o los cinco planetas errantes (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), llamadas así por obstinarse a desobedecer la ley del círculo, es decir se les consideraba "errantes" debido a que, a simple vista, no trazaban ningún círculo alrededor de la Tierra, a diferencia del Sol y vagaban libremente por el cosmos.

Contestando la segunda pregunta, los Planetas se formaron muy tempranamente, casi al mismo tiempo en el que se estaba formando nuestro Sol, hace alrededor de 4600 millones de años. En general, los materiales ligeros que no se quedaron en el Sol cuando se estaba formando se alejaron más que los pesados. Esto hizo que se formaran nubes de gas y polvo original girando en espirales alrededor del Sol y que poco a poco se volvieron más densas, lo que más tarde harían que se formen los Planetas. A esto hay que añadirle que la gravedad y las colisiones llevaron más materia a estas zonas y el movimiento rotatorio las fue redondeando. Luego de ello, los materiales y las fuerzas de cada planeta se fueron reajustando (todavía lo hacen). Así, de esta forma, es como se formaron, como una danza sin parar girando alrededor de nuestra estrella, el Sol, que aún no termina y que seguirá así, por lo menos, unos 5000 millones de años más.


Habiendo aclaro ambos temas, ahora habría que preguntarnos ¿Cómo se clasifican los Planetas? Y ¿Cuáles son las características de cada uno?



Los planetas del Sistema Solar se clasifican conforme a dos criterios básicos: dependiendo de su estructura o de su movimiento aparente.
Según su estructura hay Planetas terrestres pequeños, de superficie rocosa y sólida, densidad alta. Son Mercurio, Venus, Tierra y Marte y también son llamados planetas interiores. Y los Planetas Jovianos (similares a Júpiter) con grandes diámetros, esencialmente gaseosos (hidrógeno y helio) y una densidad baja. Estos son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, los planetas gigantes del Sistema Solar y también son llamados planetas exteriores.
Según sus movimientos en el cielo los planetas inferiores son aquellos que no se alejaban mucho del Sol y que, por tanto, no pueden estar en oposición, como Mercurio y Venus. Mientras que los planetas superiores son aquéllos que hacen oposición, y se toma como referencia a la Tierra. Es decir que, todos los que se alejan del Sol, más allá de la órbita terrestre, son superiores,  y tienen órbitas más alejadas del Sol. Sus tamaños gigantescos y su composición líquida y gaseosa los hace muy diferentes de los planetas interiores, siendo bastantes menos densos que estos.
Los planetas tienen diversas características, entre ellas el que giran alrededor del Sol, no tienen luz propia, sino que reflejan la luz solar. También tienen diversos movimientos, entre los más importantes son dos: el de rotación y el de translación. El de rotación giran sobre sí mismos alrededor de su propio eje, esto determina la duración del “día” del Planeta. El de translación estos describen órbitas alrededor del Sol y cada órbita es el “año” del planeta. Cada planeta tarda un tiempo diferente para completarla y cuanto más lejos, más tiempo tardarán. Giran casi en el mismo plano, excepto Plutón, que tiene la órbita más inclinada, excéntrica y alargada.


Ahora bien hay que hablar sobre las características de cada uno y en esta primera parte hablaré solamente de los Planetas Interiores, es decir Mercurio, Venus, Tierra y Marte.

Mercurio:
Este Planeta adopta su nombre del dios romano del comercio y es el planeta del Sistema Solar más próximo al Sol y el más pequeño. Forma parte de los denominados planetas interiores o rocosos y  no tiene satélites naturales (en nuestro caso nuestro satélite es la Luna).
Es el planeta más cercano al Sol y es menor que la Tierra, pero más grande que la Luna. Si nos situásemos sobre Mercurio, el Sol nos parecería dos veces y media más grande. El cielo, sin embargo, lo veríamos siempre negro, porque no tiene atmósfera que pueda dispersar la luz. Los romanos le pusieron el nombre del mensajero de los dioses porque se movía más rápido que los demás planetas. Da la vuelta al Sol en menos de tres meses, en cambio, gira lentamente sobre su eje, una vez cada 58 días y medio. Antes lo hacía más rápido, pero la influencia del Sol le ha ido frenando.
Cuando un lado de Mercurio está de cara al Sol, llega a temperaturas superiores a los 425 ºC (por ello no hay vida) y las zonas en sombra bajan hasta los 170 bajo cero. Los polos se mantienen siempre muy fríos, lo cual lleva a pensar que puede haber agua congelada. La superficie de Mercurio es muy parecida a la de la Luna, con un paisaje  lleno de cráteres y grietas, en medio de marcas ocasionadas por los impactos de los meteoritos. La presencia de campo magnético indica que Mercurio tiene un núcleo metálico, parcialmente líquido. Su alta densidad, la misma que la de la Tierra, indica que este núcleo ocupa casi la mitad del volumen del planeta.


Venus:
Venus obtiene su nombre de la diosa romana del amor. Es el segundo Planeta del Sistema Solar y el más semejante a La Tierra por su tamaño, masa, densidad y volumen. Los dos se formaron en la misma época, a partir de la misma nebulosa, sin embargo, es, a la vez, diferente de la Tierra, ya que no tiene océanos y su densa atmósfera llena de gases como el dióxido de azufre, provocando un efecto invernadero que eleva la temperatura hasta los 480 ºC. Es abrasador e imposible que contenga vida con tales condiciones.
Los primeros astrónomos pensaban que Venus eran dos cuerpos diferentes porque, unas veces se ve un poco antes de salir el Sol y, otras, justo después de la puesta. Venus gira sobre su eje muy lentamente y en sentido contrario al de los otros planetas (sentido retrógrado), es decir el Sol sale por el oeste y se pone por el este, al revés de lo que ocurre en La Tierra. Además, el día en Venus dura más que el año, o sea su “año” dura unos 225 días nuestros y su “día” unos 243 días nuestros, con lo cual nos generaría una sensación extraña si estuviéramos en aquel Planeta. Venus tiene muchos volcanes. El 85% del planeta está cubierto por roca volcánica y la lava ha creado surcos, algunos muy largos. Hay uno de 7.000 km. En él también hay cráteres de los impactos de los meteoritos. Sólo de los grandes, porque los pequeños se deshacen en la espesa atmósfera. Las imágenes tomadas al Planeta muestran el terreno brillante, como si estuviera mojado, pero es imposible, ya que no puede tener agua líquida, a causa de la elevada temperatura. El brillo lo provocan compuestos metálicos y sus hermosas, aunque peligrosas, nubes que la rodean. No tiene satélites naturales conocidos.


La Tierra:
La Tierra se formó hace unos 4.650 millones de años, junto con todo el Sistema Solar. Aunque las piedras más antiguas de la Tierra no tienen más de 4.000 millones de años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ocurrió al mismo tiempo, unos 150 millones de años después de formarse la Tierra y el Sistema Solar.
Después de condensarse a partir del polvo cósmico y del gas mediante la atracción gravitacional (como los demás problemas), la Tierra era casi homogénea y bastante fría. Pero la continua contracción de materiales y la radiactividad de algunos de los elementos más pesados hicieron que se calentara. Después, comenzó a fundirse bajo la influencia de la gravedad, produciendo la diferenciación entre la corteza, el manto y el núcleo, con los silicatos más ligeros moviéndose hacia arriba para formar la corteza y el manto y los elementos más pesados, sobre todo el hierro y el níquel, cayendo hacia el centro de la Tierra para formar el núcleo. Tiene un satélite natural conocido como la Luna.

Marte:
Es el cuarto planeta del Sistema Solar y es conocido como el planeta rojo por sus tonos rosados, es por ello que los romanos lo identificaban con la sangre y le pusieron el nombre de su dios de la guerra. El planeta Marte tiene una atmósfera muy fina, formada principalmente por dióxido de carbono, que se congela alternativamente en cada uno de los polos. Contiene sólo un 0,03% de agua, mil veces menos que la Tierra. Los estudios demuestran que Marte tuvo una atmósfera más compacta, con nubes y precipitaciones que formaban ríos y sobre la superficie se pueden ver surcos, islas y costas. Las grandes diferencias de temperatura provocan vientos fuertes y la erosión del suelo ayuda a formar tempestades de polvo y arena que degradan todavía más la superficie. Cuando se halla más cerca de la Tierra, a unos 55 millones de kilómetros, Marte es, después de Venus, el objeto más brillante en el cielo nocturno. Puede observarse más fácilmente cuando se forma la línea Sol-Tierra-Marte (cuando está en oposición) y se encuentra cerca de la Tierra, cosa que ocurre cada 15 años. El tono rojizo de su superficie se debe a la oxidación o corrosión más que nada. Las zonas oscuras están formadas por rocas similares al basalto terrestre, cuya superficie se ha erosionado y oxidado y las regiones más brillantes parecen estar compuestas por material semejante, pero contienen partículas más finas, como el polvo. Existe también la posibilidad de que en alguna época de su pasado albergara vida (vegetal o animal) y tuviera agua y una atmósfera aceptable para estas condiciones, como lo tiene la Tierra. A Se le conocen dos satélites naturales a este Planeta, los cuales son Fobos y Deimos en honor a los dioses del miedo y terror respectivamente.


Espero les haya gustado esta primera parte acerca de los Planetas. En la siguiente edición de este blog les hablaré sobre la segunda parte de este mismo tema, continuando con los exteriores y luego con los Planetas Enanos. Nos vemos pronto y recuerden que siempre deben preguntar, indagar y experimentar, nunca dejen de hacerlo porque la ciencia es su amiga.

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