Espero que estén listos para continuar
con los Planetas Exterior, sobre cuáles son, cómo se formaron y qué
características tienen. Espero les guste y puedan seguir aprendiendo con esta
segunda parte sobre los Planetas.
Para comenzar hay que decir exactamente ¿Qué
es un Planeta Exterior? Y ¿Cuáles son sus características y cómo se formaron?
Como se mencionó en la edición anterior,
los Planetas Exteriores o Externos son aquellos que se encuentran más allá del cinturón de asteroides, que está luego
de la órbita de Marte, es decir Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Y desde la
redefinición de planeta de 2006, Plutón ya no se considera un planeta, sino que
ahora se considera planeta enano (más adelante se detallará esto).
Y tienen como características más
importantes que giran muy deprisa en periodos de rotación en torno a las 10 horas;
son básicamente gaseosos, careciendo de superficie sólida. Urano y Neptuno
poseen núcleos internos formados por hielos primigenios a gran presión y temperatura
y en estado líquido; disponen de fuertes campos magnéticos; poseen muchos
satélites naturales; y tienen sistemas de anillos a su alrededor.
Los planetas gigantes de nuestro sistema
solar están formados por profundas atmósferas de hidrógeno y helio que llegan a
constituir la mayor parte de la masa de Júpiter y Saturno, además de que ocupan
una tercera parte de los planetas Urano y Neptuno. La mayoría de planetas
extrasolares, es decir fuera del Sistema Solar, descubiertos hasta la fecha encajan dentro de
las características principales de masa y composición de los planetas exteriores
de nuestro Sistema Solar y si bien sus órbitas son mucho más cercanas a su
estrella principal hablándose en ocasiones de Planetas tipo Júpiter muy calientes.
Ahora bien hay que mencionar cuáles son
estos Planetas a continuación:
Júpiter:
Júpiter es el quinto planeta del Sistema
Solar, siendo un planeta gaseoso. Recibe su nombre del dios romano Júpiter
(Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor
brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol,
el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y media
la de los demás planetas juntos (con una masa 318 veces mayor que la de la
Tierra y 3 veces mayor que la de Saturno).
Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso,
formado principalmente por hidrógeno y helio, carente de una superficie
interior definida. Entre los detalles atmosféricos destacan la Gran mancha
roja, un enorme anticiclón (como un súper huracán) situado en las latitudes
tropicales del hemisferio sur, donde la estructura de nubes en bandas oscuras y
zonas brillantes y la dinámica atmosférica global determinada por intensos
vientos zonales alternantes en latitud y con velocidades de hasta 140 m/s (504
km/h), donde prácticamente no podríamos sobrevivir a tales magnitudes.
Como ya dijimos, Júpiter es el planeta con
mayor masa del Sistema Solar, equivalente a unas 2,48 veces la suma de las
masas de todos los demás planetas juntos. A pesar de ello, no es el planeta más
masivo que se conoce, ya que hay más de un centenar de planetas extrasolares (fuera
del Sistema Solar) que han sido descubiertos tienen masas similares o superiores
a la de Júpiter. Este Planeta también posee la velocidad de rotación más rápida
de los planetas del Sistema Solar: gira en poco menos de 10 horas sobre su eje.
Esta velocidad de rotación se deduce a partir de las medidas del campo
magnético del planeta. La atmósfera se encuentra dividida en regiones con
fuertes vientos zonales con periodos de rotación que van desde las 9h 50m 30s,
en la zona ecuatorial, a las 9h 55m 40s en el resto del planeta. Tomando como
referencia la distancia al Sol, Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar.
Su órbita se sitúa aproximadamente a 5 UA, unos 750 millones de km del Sol.
Los principales satélites naturales
(lunas) de Júpiter fueron descubiertos por Galileo Galilei el 7 de enero de
1610, razón por la que se los llama en ocasiones satélites galileanos. Reciben
sus nombres de la mitología griega si bien en tiempos de Galileo se los
denominaba por números romanos dependiendo de su orden de cercanía al planeta.
Originalmente Galileo bautizó a los satélites como "Mediceos", en
honor a Cosme de Médicis, duque de Florencia. El descubrimiento de estos
satélites constituyó un punto de inflexión en la ya larga disputa entre los que
sostenían la idea de un sistema geocéntrico, es decir, con la Tierra en el
centro del universo, y la copernicana (o sistema heliocéntrico, es decir, con
el Sol en el centro del Sistema solar), en la cual era mucho más fácil explicar
el movimiento y la propia existencia de los satélites naturales de Júpiter.
Los cuatro satélites principales son muy
distintos entre sí. Ío, el más interior, es un mundo volcánico con una
superficie en constante renovación y calentado por efectos de marea provocados
por Júpiter y Europa. Europa, el siguiente satélite, es un mundo helado bajo el
cual se especula la presencia de océanos líquidos de agua e incluso la
presencia de vida. Ganimedes, con un diámetro de 5268 km, es el satélite más
grande de todo el sistema solar y está compuesto por un núcleo de hierro
cubierto por un manto rocoso y de hielo. Por último Calisto se caracteriza por
ser el cuerpo que presenta mayor cantidad de cráteres producidos por impactos
en todo el sistema solar. Existen 61 satélites más en Júpiter de menor tamaño y
que orbitan más lejos y son irregulares, es decir no tienen una forma definida.
Saturno:
Saturno es el sexto planeta del Sistema
Solar, el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y el único con un sistema
de anillos visible desde nuestro planeta. Su nombre proviene del dios romano
Saturno, padre de Júpiter. El aspecto más característico de Saturno son sus
brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio, Saturno era el más
lejano de los planetas conocidos y, a simple vista, no parecía luminoso ni
interesante. El primero en observar los anillos fue Galileo en 1610, pero la
baja inclinación de los anillos y la baja resolución de su telescopio le
hicieron pensar en un principio que se trataba de grandes satélites. Christian
Huygens con mejores medios de observación pudo, en 1659, observar con claridad
los anillos. Luego James Clerk Maxwell en 1859 demostró matemáticamente que los
anillos no podían ser un único objeto sólido sino que debían ser la agrupación
de millones de partículas de menor tamaño. Las partículas que habitan en los
anillos de Saturno giran a una velocidad de 48 000 km/h, 15 veces más rápido
que una bala.
Saturno es un planeta visiblemente
achatado en los polos con un ecuador que sobresale formando un esferoide
ovalado, o sea como una pelota aplastada. Los diámetros ecuatorial y polar son
de 120 536 y 108 728 km, respectivamente. Este efecto es producido por la
rápida rotación del planeta, su naturaleza fluida y su relativamente baja
gravedad. Los otros planetas gigantes son también ovalados pero no en tan gran
medida. Saturno posee una densidad específica de 690 kg/m3, siendo el único Planeta
del Sistema Solar con una densidad inferior a la del agua (1 000 kg/m3). El
planeta está formado por un 90% de hidrógeno y un 5% de helio. El volumen del
planeta es suficiente como para contener 740 veces la Tierra, pero su masa es
sólo 95 veces la terrestre, a causa de la ya mencionada densidad media.
El periodo de rotación de Saturno es
incierto dado que no posee superficie y su atmósfera gira con un periodo
distinto en cada latitud. Desde la época de los Voyager (satélites artificales
mandados a analizarlos) se consideraba que el periodo de rotación de Saturno,
basándose en la periodicidad de señales de radio emitidas por él, era de 10 h
39 min 22,4 s (810,8°/día). Las misiones espaciales Ulysses y Cassini han
mostrado que este periodo de emisión en radio varía en el tiempo, siendo en la
actualidad de 10 h 45 m 45 s (± 36 s).
Saturno gira alrededor del Sol a una
distancia media de 1 418 millones de kilómetros en una órbita de excentricidad
de 0,056. El periodo de traslación alrededor del Sol es de 29 años y 167 días,
mientras que su período sinódico es de 378 días, de modo que, cada año, la
oposición se produce con casi dos semanas de retraso respecto al año anterior.
El período de rotación sobre su eje es corto, de 10 horas y 14 minutos, con
algunas variaciones entre el ecuador y los polos.
Los satélites más grandes, conocidos antes
del inicio de la investigación espacial son: Mimas, Encélado, Tetis, Dione,
Rea, Titán, Hiperión, Jápeto y Febe. Tanto Encélado como Titán son mundos
especialmente interesantes para los científicos planetarios ya que en el
primero se deduce la posible existencia de agua líquida a poca profundidad de
su superficie a partir de la emisión de vapor de agua en géiseres y el segundo
presenta una atmósfera rica en metano y similar a la de la primitiva Tierra. También
existen otros 30 satélites de Saturno tienen nombre pero el número exacto es
incierto por existir una gran cantidad de objetos que orbitan este planeta. En
el año 2000, fueron detectados 12 nuevos satélites, cuyas órbitas sugieren que
son fragmentos de objetos mayores capturados por Saturno.
Urano:
Urano es el séptimo planeta del Sistema
Solar, el tercero en cuanto a mayor tamaño, de mayor a menor, y el cuarto más
masivo. Se llama en honor de la divinidad griega del cielo Urano (el padre de Saturno)
y el abuelo de Zeus (Júpiter). Aunque es detectable a simple vista en el cielo
nocturno, no fue catalogado como planeta por los astrónomos de la antigüedad debido
a su escasa luminosidad y a la lentitud de su órbita. Sir William Herschel
anunció su descubrimiento el 13 de marzo de 1781, ampliando las fronteras
conocidas del Sistema Solar hasta entonces por primera vez en la historia
moderna. Urano es también el primer planeta descubierto por medio de un
telescopio.
Urano es similar en composición a Neptuno,
y los dos tienen una composición diferente de los otros dos gigantes gaseosos
(Júpiter y Saturno). Por ello, los astrónomos a veces los clasifican en una categoría
diferente, los gigantes helados. La atmósfera de Urano, aunque es similar a la
de Júpiter y Saturno por estar compuesta principalmente de hidrógeno y helio,
conteniendo una proporción superior tanto de “hielos” como agua, amoníaco y
metano, junto con trazas de hidrocarburos. Posee la atmósfera planetaria más
fría del Sistema Solar, con una temperatura mínima de 49 Kelvin (-224 °C).
Asimismo, tiene una estructura de nubes muy compleja, acomodada por niveles,
donde se cree que las nubes más bajas están compuestas de agua y las más altas
de metano. En contraste, el interior de Urano se encuentra compuesto
principalmente de hielo y roca.
Como los otros planetas gigantes, Urano
tiene un sistema de anillos, una magnetosfera, y satélites numerosos. El
sistema de Urano tiene una configuración única respecto a los otros planetas
puesto que su eje de rotación está muy inclinado, casi hasta su plano de
revolución alrededor del Sol. Por lo tanto, sus polos norte y sur se encuentran
en donde la mayoría de los otros planetas tienen el ecuador. Vistos desde la
Tierra, los anillos de Urano dan el aspecto de que rodean el planeta como una
diana, y que los satélites giran a su alrededor como las agujas de un reloj,
aunque en 2007 y 2008, los anillos aparecían de lado. El 24 de enero de 1986,
las imágenes del Voyager 2 mostraron a Urano como un planeta sin ninguna
característica especial de luz visible e incluso sin bandas de nubes o
tormentas asociadas con los otros gigantes, sin embargo, los observadores
terrestres han visto señales de cambios de estación y un aumento de la
actividad meteorológica en los últimos años a medida que Urano se acerca a su
equinoccio. Las velocidades del viento en Urano pueden llegar o incluso
sobrepasar los 250 metros por segundo (900 km/h). Su principal satélite es
Titania (octavo de mayor tamaño del Sistema Solar).
Neptuno:
Neptuno es el octavo planeta en distancia
respecto al Sol y el más lejano del Sistema Solar y es el primero que fue
descubierto gracias a predicciones matemáticas. Su nombre fue puesto en honor
al dios romano del mar y es el cuarto
planeta en diámetro y el tercero más grande en masa. Su masa es diecisiete
veces la de la Tierra y ligeramente más masivo que su planeta “gemelo” Urano,
que tiene quince masas terrestres. En promedio, Neptuno orbita el Sol a una
distancia de 30,1 UA.
Tras el descubrimiento de Urano, se
observó que las órbitas de Urano, Saturno y Júpiter no se comportaban tal como
predecían las leyes de Kepler y de Newton. Adams y Le Verrier, de forma
independiente, calcularon la posición de un hipotético planeta, Neptuno, que
finalmente fue encontrado por Galle, el 23 de septiembre de 1846, a menos de un
grado de la posición calculada por Le Verrier. Más tarde se advirtió que Galileo
ya había observado Neptuno en 1611, pero lo había confundido con una estrella.
Neptuno es un planeta dinámico, con
manchas que recuerdan las tempestades de Júpiter. La más grande, la Gran Mancha
Oscura, tenía un tamaño similar al de la Tierra, pero en 1994 desapareció y se
ha formado otra. Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar
se encuentran en Neptuno. Neptuno es un planeta azulado muy similar a Urano, es
ligeramente más pequeño que éste, pero más denso.
En la actualidad, se conocen catorce
satélites de Neptuno. El mayor de ellos es Tritón, que posee más del 99,5% de
la masa en órbita alrededor de Neptuno en sus 2.700 km de diámetro. Se destaca,
no sólo por su gran tamaño, sino también por poseer una órbita retrógrada, algo
excepcional dentro de los grandes satélites.
Ojalá les haya gustado esta segunda
parte acerca de los Planetas. En la siguiente edición de este blog les hablaré
sobre la tercera y última parte de este mismo tema, continuando con los
Planetas Enanos. Nos vemos pronto y recuerden que siempre deben preguntar,
indagar y experimentar, nunca dejen de hacerlo porque la ciencia es su amiga.
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